Trabajamos con cuero full grain curtido vegetal, una de las formas más nobles y duraderas de tratar la piel.
Este tipo de cuero conserva su superficie natural, sin ser grabado ni recubierto para ocultar imperfecciones.
Por eso, cada pieza muestra variaciones únicas y marcas de carácter que reflejan su origen.
Muchas veces nos preguntan cómo cuidarlo, y nuestra respuesta suele ser simple:
"usalo, disfrutalo y dejá que el cuero evolucione con vos".
Nuestras piezas están hechas con cueros de altísima calidad. No requieren tratamientos especiales para mantenerse en buenas condiciones.
Podés usarlas en tu rutina diaria, apoyarlas en el suelo o incluso llevarlas a la playa o bajo la lluvia.
El cuero puede marcarse o mancharse con el tiempo, pero eso no significa que esté dañado.
Con el uso, los aceites naturales del cuero suben a la superficie, generando una pátina que suaviza los rayones y le da carácter a la pieza.
Guardá tu Casia en un lugar ventilado. La humedad excesiva puede generar hongos, como en cualquier cuero o textil.
Evitá el contacto con tintas, perfumes, maquillaje, alcohol, aceites y solventes. Pueden manchar el cuero.
El sol directo y prolongado puede oscurecerlo.
Si se ensucia, limpiá con un paño blanco, suave y seco.
Los rasguños son naturales. Si te molesta alguno, podés frotarlo con el dedo limpio. El calor activa los aceites y ceras naturales.
También podés usar un secador de pelo (en calor bajo) mientras frotás suavemente el rayón.
Frotar con un paño de algodón limpio y seco también ayuda a reducir marcas.
Si se moja con lluvia, planchalo con un paño de algodón encima para secarlo.
Podés aplicar bálsamos o impermeabilizantes, pero primero hacé una prueba en una zona poco visible.
Si se levantan pelitos en los bordes sin pintar, podés quemarlos con mucho cuidado con un encendedor o recortarlos con tijera.
Evitá el contacto con prendas húmedas, ya que podrían manchar el cuero.